Francia: El mayo aquel
Un recorrido por la historia del equipo que deberá enfrentar Argentina en octavos de final.
Por Adrián Dalmasso (@AdrianDalmasso)
Napoleón dijo que “una Revolución es una idea, respaldada por bayonetas”. Pero en las calles del Mayo aquel en París, las armas que cargaban los manifestantes no eran armas de fuego, las armas eran las ideas. No buscaban herir a nadie. Más bien influenciar la conciencia social, sacudir los cimientos de un sistema vetusto. Un gesto de desafío a los poderes de siempre.
El Mayo Francés fue una Revolución que nunca ocurrió. Y si no ocurrió entonces no fue una Revolución. En realidad, fue lo que fue. Y eso no es poco. Es, tal vez, el evento que refleja de manera más cristalina la efervescencia y el desencanto que generaron los vibrantes años 60. Los adolescentes nacidos en la posguerra le decían a los mayores, de frente y a viva voz, que el mundo que habían bosquejado para ellos no les gustaba. Y lo hacían en las calles y en las Universidades, con consignas de certera y poderosa poética: “La imaginación al poder”, “Paren el mundo que me quiero bajar”, “Está prohibido prohibir”, “Seamos realistas, pidamos lo imposible”.
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Pocas selecciones de elite cuentan con un staff tan calificado como “Le Blue”
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Época de utopías y sueños colectivos. La esperanza de cambiar el mundo, de volverlo algo más justo, más democrático, más solidario, más libre. Un contexto en ebullición. La Guerra fría. La Revolución Cubana. La muerte de Kennedy y King. La Guerra de Vietnam. El Black Power. La carrera espacial. La Primavera de Praga. El rock. The Beatles. La experiencia con las drogas. Los grandes pensadores. El movimiento Hippie…
Una chispa disparó el incendio, y durante largos días, París, una de las capitales del mundo, ardió paralizada por revueltas estudiantiles y huelgas obreras. Las coquetas calles de la ciudad luz se volvieron un laberinto de barricadas anti represión. No había servicios públicos. Ni una institución funcionaba. Hubo vacío de poder. Pero luego de varios trastabilles, el Gobierno de De Gaulle acertó con la táctica negociadora. Por separado acordó con los obreros, más fácticos y menos idealistas que los estudiantes. Las protestas perdieron vigor y se fueron esfumando con la primavera, a finales del mes de junio. A 40 años de aquello, en las esquinas de París aún hay cenizas de aquel Mayo. Como dijo Sartre: “Importante es que haya sucedido. Si ocurrió una vez, puede volver a ocurrir”. Es que cuando más imposible es la Revolución, mucho más seductora es.
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A esos fantasmas del pasado, bien podría invocar esta Selección francesa. Agitar el espíritu de Mayo y romper el paradigma de Alemanias y Brasiles. Virar el orden establecido de Messis y Cristianos. Tienen madera para que así sea. Hoy, pocas selecciones de elite cuentan con un staff tan calificado como “Le Blue”. Talentosos, jóvenes y valorados, así y todo, Matuidí, Varane, Umtiti, Griezmann, Kanté, Giroud, Pogba, Mbappe, seguirán siendo nada más que apellidos con cartel si su DT no logra implantar la armonía (futbolística y grupal) a tiempo. Tienen una primera fase para no transpirar demasiado, pero hay sobrados ejemplos de que Francia suele ser una Selección autodestructiva. Se sabe. En términos general los principales problemas de los galos nunca pasaron por los pies, sino por la cabeza.
TÉCNICO: Didier Deschamps
FIGURA: Paul Pogba (Manchester United)
MUNDIALES: 15 (1 título: 1998)
ASPIRACIÓN: Levantar la Copa.