Julián, el pibe que entró en el Bernabéu

Por Nicolás Avalos

De tenerlo como referente en su puesto, a compartir un campo de juego con él. El cordobés Julián Álvarez cumplió el poder estar cerca de Messi. “Es muy fuerte tenerlo cerca, es el mejor de todos. Impresiona mirarlo en los entrenamientos y ver lo que hace con la pelota”, declaraba durante el mundial de Rusia 2018. Lo que no sabía es que la vida le tenía preparada otra sorpresa indescriptible.

Marcelo Gallardo ya había hecho los dos cambios durante los 90 minutos y tenía dos más para el suplementario en el Bernabéu. Lo que nadie esperaba era que el primero en ser llamado fuera Julián Álvarez, el juvenil de apenas 18 años, quien asumió sin problemas la responsabilidad de entrar con la número 9 en su espalda. El partido aún estaba empatado. Cuentan los testigos que días antes, el Muñeco había charlado con él en un entrenamiento. Una charla fraternal, de padre a hijo futbolístico. El final de la película ya es conocido y el pibe fue testigo y protagonista de un momento único. Estuvo en el campo de juego durante la corrida del Pity Martínez para sellar el título más importante de la historia millonaria.

–

“Mi ídolo es Messi, lo que hace es una cosa de locos”

–

El oriundo de Calchín fue buscado desde muy chico por varios clubes, realizó pruebas en Boca y Argentinos Jrs.: “Viví en la pensión de Argentinos, pero no tuve una buena experiencia. No porque en la institución me trataran mal, sino porque no me gustaba quedarme solo. Estaba acostumbrado a que mi familia me acompañe siempre y fue por eso que volví”. También, tuvo un breve paso por Real Madrid. En su estadía en el equipo merengue, presenció un clásico frente al Barça. Además, pudo fotografiarse con Sergio Ramos, actual capitán del Madrid. Y con Di María e Higuaín, quienes en ese momento jugaban en el club.

Finalmente, llegó a River en enero de 2016 procedente de Atlético Calchín: “A fines de 2015 me probé para River, quedé y arranqué en enero de 2016. Soy hincha de River y eso me dio fuerza para ir y quedarme en la pensión del club. Sigo extrañando el pueblo y a mi familia, pero vienen bastante a Buenos Aires a verme, así que estoy contento”.

La “Araña”, como le dicen en su pueblo, vive un sueño que desea que nunca termine.