La historia del Vikingol
Conocé la historia de Lucas Beltrán, desde sus inicios en Córdoba hasta la llegada al primer equipo de River.
Por Germán Balcarce
Nacido el 29 de marzo de 2001 en Córdoba capital, Beltrán vivió en el barrio Ayacucho hasta 2016, cuando se incorporó a las Divisiones Inferiores de River. Pero de esa historia nos encargaremos unos párrafos adelante porque antes es necesario contarles que Lucas empezó a jugar a la pelota como cualquier chico en las cercanías de su hogar. “Empezó en Velódromo Fútbol, una escuelita cerca de nuestra casa. Y también en el colegio Corazón de María”, revela Santiago, uno de sus hermanos, en diálogo con Revista 1986. Enseguida, el actual goleador de River exhibió condiciones, por eso se sumó a La Gloria, tal como se conoce a Instituto, cuando tenía apenas seis años.
Las cualidades de Lucas no eran producto de una casualidad, debido a que una cuestión genética avalaba el deseo de patear la número cinco: Alberto, primo de su padre, había sido futbolista profesional e incluso vistió en 15 oportunidades oficiales la camiseta de River, donde hizo su estreno el 19 de septiembre de 1976. Era atacante, al igual que Lucas, y dejó un promedio de gol de 0,20 por compromiso, como consecuencia de haber anotado tres tantos. Se lo conocía como “La Vieja” o “Beto” y, lejos de ser un jugador ignoto, llegó a ser convocado a la Selección Argentina cuando vestía la banda roja. Además, se desempeñó en Belgrano, San Lorenzo, Gimnasia y Esgrima La Plata, Instituto, Unión San Vicente y Defensores de Belgrano.
Con ese antecedente, sumado a que Federico, uno de sus hermanos, llegó a jugar un partido oficial en Instituto por la Copa Argentina 2014 ante Arsenal, Beltrán estaba destinado seguir los mismos pasos de sus parientes.
GANÓ RIVER
Corría el año 2015 cuando un atacante de la Novena División de Instituto cautivaba el interés de los dos gigantes del fútbol argentino, River y Boca. Tras varias conversaciones para lograr que el pibe llamado Lucas Beltrán, cuyo sobrenombre era “Torito”, se mudara de Córdoba a Buenos Aires, la institución de Núñez ganó la pulseada, pese a que su eterno rival ya había protagonizado tratativas exitosas con el club cordobés para llevarse al mediocampista ofensivo Gonzalo Maroni.
“A Lucas lo enfrentamos con la Novena. Cuando terminó el partido, me acerqué y le dije ´qué bien que jugás´. Pedimos el teléfono del padre porque nos sorprendió. Después jugamos otro partido y nos bailó de nuevo. Ahí también lo vio Gabriel Rodríguez (NdeR: coordinador de las Divisiones Inferiores de River). Era impresionante. El club se movió rápido y lo trajeron. Después lo dirigí en Sexta y en Reserva”, confesó Juan José Borrelli, uno de los entrenadores de las categorías formativas de River, en diálogo con el diario cordobés La Voz del Interior.
La inversión para sumar desde 2016 a Beltrán se ejecutó en 1.500.000 pesos por el 90 % del pase (el resto sigue siendo de Instituto), monto que en ese momento equivalía aproximadamente a 100.000 dólares. Enseguida el delantero rubio justificó lo que hasta entonces era una apuesta: marcó 15 goles para la Octava, dejando en claro que no le pesaba en lo más mínimo el desafío de usar la banda roja. Y no se trató de una simple racha porque en 2017 siguió vulnerando los arcos de enfrente al punto tal de que en 2018, con apenas 17 años, no solo hizo su estreno para la Reserva, incluyendo pasos por la Quinta y Cuarta teniendo edad de Sexta, sino que además alcanzó el sueño de hacer su debut en Primera División el 2 de diciembre, siete días antes de que River venciera 3-1 a Boca en Madrid para levantar la Copa Libertadores ante los ojos del mundo. Marcelo Gallardo dispuso el ingreso del número 34 en reemplazo del uruguayo Camilo Mayada a los 38 minutos del segundo tiempo de un partido que el Millonario le ganó 3-1 a Gimnasia y Esgrima La Plata, en el estadio Monumental. También había ganado cuatro años antes, cuando Lucas se sumó a la pensión para ser compañero de otro cordobés con futuro más que prometedor: Julián Álvarez, su mejor amigo del fútbol.
CAMPEONES MUNDIALES
Además de la amistad que construyó con Julián Álvarez en el recinto que River les destina a los jóvenes provenientes del Interior, Beltrán también conoció unos años antes a otro talento que después se consagró campeón del mundo en Qatar 2022: Paulo Dybala. Si bien son de categorías muy diferentes, Lucas compartió desayunos, almuerzos, meriendas, cenas y varias vivencias más con “La Joya” porque Federico, uno de los hermanos del Vikingo, integraba el mismo plantel que el jugador de Juventus cuando ambos transitaban las Divisiones Inferiores de Instituto.
“Cuando el papá de Dybala estaba muy enfermo, ya no lo podía llevar y traer, por eso se quedaba toda la semana en nuestra casa”, nos explica Santiago, el segundo de los cuatro hijos que tuvieron Walter Beltrán, empleado administrativo, y Adriana Litwin, maestra jardinera.
ALTIBAJOS
Así como creció a pasos agigantados compitiendo en siete categorías diferentes -en todas marcó por lo menos un gol- durante un lapso inferior a tres años (desde principios de 2016 hasta fines de 2018), Lucas Beltrán, de movimientos similares a Fernando Cavenaghi, experimentó el ineludible sendero de los altibajos propios de cualquier juvenil que sube a Primera con apenas 17 años. Tras el mencionado estreno frente al Lobo platense, el atacante apenas disputó tres partidos con el equipo del Muñeco en 2019. Generalmente le tocó ser parte de la Reserva, donde desde su presentación por los puntos hasta su partida a Colón acumuló 13 goles en 52 partidos oficiales.
Para colmo, la pandemia también le puso un freno a la evolución del Gordo, su apodo de mayor adhesión en el círculo íntimo: tan solo jugó tres veces por los puntos en 2020, aunque es necesario mencionar que en el comienzo de ese año llegó a ser subcampeón de la Copa Libertadores Sub 20 con River, en Paraguay, aportándole dos tantos en la campaña que culminó con la caída 2-1 ante Independiente del Valle (Ecuador) en la final del certamen.
El inicio de 2021 fue con una sorpresa para Beltrán porque el 2 de enero estuvo entre los once elegidos por Gallardo para jugar el Superclásico en la Bombonera, donde cumplió la función de extremo derecho en el vibrante 2-2, sin público como consecuencia de las medidas preventivas contra el COVID-19. Sin embargo, no pudo consolidarse: disputó seis compromisos más a nivel oficial, dejando como saldo positivo únicamente su primer gol en la elite al señalar uno de los tantos del 3-2 sobre Colón, en el templo de Núñez, el 11 de abril de 2021.
EXTRACTO DE LA NOTA DE TAPA DE LA EDICIÓN Nº127 DE REVISTA 1986.