El Cabezón
Adelanto exclusivo del artículo dedicado a Oscar Ruggeri en la edición N°113 de Revista 1986. Pasen y lean.
Por Germán Balcarce
El N°113 de Revista 1986 no es una edición más. No, para nada. Al contrario, además de ser el primer lanzamiento del año, cambiamos el foco y decidimos homenajear a uno de los emblemas del equipo que llenó de gloria a la institución en una época dorada, que posicionó a nuestros colores en la cima del mundo y le dio nombre a la revista.
En este artículo, te traemos un adelanto exclusivo del texto que Germán Balcarce, nuestro coordinador periodístico, le dedicó a Oscar Alfredo Ruggeri. El Cabezón.
UN ARRIBO COMPLICADO
Nacido el 26 de enero de 1962 en Corral de Bustos, provincia de Córdoba, Ruggeri llegó a River nada menos que desde Boca, sin escalas, una situación improbable en los tiempos de hoy. Aunque surgió de las Divisiones Inferiores del eterno rival y vistió sus colores en 143 compromisos de Primera División, un conflicto cambió el destino de manera radical, a tal punto que terminó cruzando de vereda junto con Ricardo Gareca.
Corría 1984 cuando el plantel de Boca reclamaba una importante deuda salarial. Disconformes con esa problemática apremiante y amparándose en las legislaciones de la época, debido a que ninguno de los dos tenía contrato firmado en el conjunto de la Ribera, Ruggeri y Gareca decidieron solicitar la libertad de acción, es decir el derecho marcharse con el pase en su poder. “Estuve ocho meses sin cobrar”, confesó el ex defensor, hace un tiempo, en diálogo con TyC Sports.
La huelga de 1985 desencadenó nada menos que en una de las historias más controvertidas en términos de traición futbolística porque ambos eligieron irse a River. Para evitar un escándalo de proporciones, desde Núñez optaron por una suerte de compensación al poner dinero sobre la mesa y, además, transferirle dos futbolistas a Boca: Julio Olarticoechea y Carlos Daniel Tapia, herido por aquella especie de desprecio a sus condiciones.
En verdad, el jugador que pretendía River era Ruggeri, de modo tal que unos meses después Gareca viajó a Colombia para incorporarse a América de Cali, el club que después volvió a cruzarse en esta historia tan singular.
MURALLA ROJA Y BLANCA
La llegada de Ruggeri a River en 1985 significó un salto de calidad para la defensa, que al año siguiente se fortaleció definitivamente con el arribo del uruguayo Nelson “Tano” Gutiérrez, surgido de Peñarol y proveniente de Atlético Nacional (Colombia). Poco a poco empezaba a construirse el equipo que año siguiente marcaría un quiebre para siempre. Si bien tenía mucho camino por delante, el Cabezón ya había hecho su estreno con la Selección Argentina el 12 de mayo de 1983, cuando la Mayor empató 2-2 frente a Chile, en Santiago.
Temperamental, batallador y líder por naturaleza, Ruggeri se convirtió en un defensor a la medida de River. Su primer título fue el torneo de Primera División correspondiente a la temporada 1985/86. El equipo salió campeón de forma arrasadora. Dio la vuelta olímpica con cinco fechas de margen, le sacó diez puntos de ventaja -en esa época cada triunfo otorgaba dos unidades- a Newell’s, su escolta.
Los números hablan por sí solos: 23 victorias, 10 empates y apenas tres caídas. El Más Grande marcó 74 goles en 36 fechas y apenas recibió 26, menos de uno por presentación. Acompañado por Jorge “Cacho” Borelli en la zaga, el Cabezón, con sus rulos característicos, también tuvo de compañeros en la línea de cuatro a Jorge Gordillo y Alejandro Montenegro, laterales por derecha e izquierda, respectivamente.
ENCONTRÁ EL TEXTO COMPLETO EN LA EDICIÓN N°113 DE REVISTA 1986